Nació en Pamplona (España), lo convirtió a la Fé San
Honesto, un discípulo de San Saturnino, y lo consagro el Obispo de Toulose, el cual lo
envío a predicar por Francia.
San Fermín construyo un templo en Amiens y en esa ciudad
convirtió muchos paganos al cristianismo. Amiens recibió también el martirio por
proclamar la fe en Jesucristo.
Predico San Fermín con mucho fruto en Navarra y logró dejar ahí muchos sacerdotes fervorosos, los cuales
reafirmaron la fe católica en las tierras navarras. Cuando se fue de allí, la mayoría de
los paganos de la región se habían vuelto cristianos.
En Francia un gobernador lo puso preso, pero el pueblo invadió la cárcel y lo libero.
Más tarde el jefe pagano de Amiens le ordeno que dejara de predicar la religión de Cristo. Como Santo no quiso dejar de predicar la verdadera religión, entonces el gobernador mando cortarle la cabeza y fue decapitado a los 31 años de edad.
¡Viva San Fermín!
¡Viva Navarra!
¡Arriba España!
La conversión viene dada por Dios Nuestro Señor, es una gracia; San Honesto fue Su instrumento.
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