Antonio Carrera. Católico de nacimiento, dejó
la Iglesia para convertirse en Testigo de Jehová (TJ), llegando a ocupar
puestos de responsabilidad dentro de la secta en España. Estuvo con
ellos 13 años y su testimonio fue muy interesante porque no en vano, los
TJs fueron la secta de mayor crecimiento en la España de la Transición, de tal manera que su número casi igualaba al total de los
miembros de todas las denominaciones protestantes en este país.
Actualmente la realidad empieza a ser otra y todo apunta a que aunque
dicho número se ha estancado, en un futuro cercano disminuirá
progresivamente. Don Antonio dio varias claves para que comprendamos
porqué un católico sincero puede verse atraído por los TJs. Comparó la
doctrina de la secta a un diamante falso, cuya no autenticidad puede ser
fácilmente apreciado por un joyero pero no por un profano en la
materia. Pues bien, un católico no formado e instruído en su fe, no sabe
discernir la falsedad de las doctrinas de los Testigos, o de cualquier
otra secta o grupo no católico, y por tanto puede ser embaucado con
relativa facilidad. El señor Carrera compartió con los presentes la
interesante teoría de que hace 40 ó 50 años no era muy necesario que los
católicos españoles estuvieran muy formados en su fe porque apenas
había "lobos" que buscaran ovejas despistadas pero poco a poco el país
se fue llenando de lobos que hicieron presa en miles y miles de
católicos que no estaban preparados para el fenómeno que se les venía
encima. Hoy, por tanto, es absolutamente necesario que el católico
practicante procure documentarse, catequizarse y conocer los fundamentos
bíblicos y magisteriales de su fe. De lo contrario, don Antonio
recomienda que nunca cometamos el error de dejar entrar en nuestra casa a
un TJ, porque ellos sí se conocen bien su lección. La formación de los
laicos, afirmó Carrera, es la vacuna perfecta contra las sectas y el
proselitismo de otras religiones. Las razones por las que abandonó la
secta son muy simples. Debido a que ocupaba ya altos cargos dentro de la
Organización, tuvo acceso a literatura antigua de la misma. Entonces
comprobó cómo la secta había errado en varias ocasiones a la hora de
profetizar el fin del mundo y cómo también algunas doctrinas habían sido
cambiadas o retocadas de tal manera que era imposible que Dios
estuviera detrás de algo así. Rompió con el grupo donde había entregado
todo su tiempo y sus energías durante más de 10 años y se embarcó en la
aventura de estudiar otras religiones para calmar su sed de Dios. No
obstante, don Antonio hizo bien en hacer la anotación de que muchos TJs
que abandonan la secta quedan tan desencantados con el fenómeno
religioso que se abandonan por completo y pierden cualquier atisbo de fe
en Dios. Una vez eliminadas las religiones no cristianas, Carrera
estudió las pretensiones de las iglesias cristianas. Participó en
algunos cultos protestantes pero no le acabaron de convencer. Él buscaba
la Iglesia de Cristo. Y estudiando a los Padres de la Iglesia, se la
encontró. Era la Iglesia Católica. Desde entonces ha permanecido fiel a
Cristo como hijo pródigo que ha vuelto a la casa de Dios.
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