El
fundamentalismo monetarista ha impuesto a los trabajadores asalariados,
pero también a los trabajadores autónomos unas condiciones
inaceptables. En el libre juego liberal de la oferta y la demanda el
económicamente poderoso se come al humilde, y eso que uno de sus grandes
postulados es que el capitalismo es la condición económica para el
estado democrático e igualitarista... En este contexto cada vez son más
los comercios, pero también las fábricas, que abren en domingo ignorando
la necesidad de un día de descanso comunitario para la cohesión social y
familiar. La sociedad liberal aboca al individualismo. Pero además se
viola el día dedicado al culto divino.
¡Muerte al Liberalismo!
¡VIVA LA TRADICIÓN!
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