Las denominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de
ideología extrema izquierdista y amigos declarados de ETA, han
propuesto este miércoles en La Habana (donde se están realizando las
negociaciones de paz con el Gobierno colombiano) la legalización de los
cultivos de marihuana, amapola y planta de coca.
Apelan al uso "industrial, cultural y medicinal" de la droga. La
iniciativa ha tenido una repercusión inmediata en Bogotá. El grupo
terrorista insta a "reorientar el uso de la tierra y cesar la política
de criminalización y persecución a dichas drogas". Algunos políticos
colombianos se han declarado optimistas con el proceso de paz y han
hecho un llamamiento a vencer todos los obstáculos jurídicos para que se
consiga el objetivo último: el cese de la violencia. Uno de estos
políticos es Carlos Gavriria que como declaró en radio Caracol, se debe
"tragar" para llegar a la paz.
Nada más lejos de la realidad, hace tan solo dos semanas, la Policía
Antinarcóticos incautó más de tres toneladas de marihuana
pertenecientes al Sexto Frente de las FARC y que tenían como destino la
ciudad de Medellín. Dicho esto, queda claro que la propuesta está
destinada a la consecución de una legalización de unas drogas, cuya
venta y distribución sirven como financiación para la compra de material
bélico.
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