Se trata de fray Bernardo Boyl, en un tiempo capitán de galera, secretario y comisario del rey Fernando el Católico,
después retirado voluntariamente a una vida humilde y de oración como
ermitaño en Montserrat y ordenado subdiácono en Barcelona.
En la Instrucción Real que los Reyes Católicos dieran a Cristóbal Colón tras su descubrimiento de América, se le ordenó que “trabajase por atraer a los moradores de aquellas islas a la fe católica y que para dar impulso eficaz a la evangelización enviaba con él al Docto Fray Bernardo Boyl, ermitaño de Monserrat, que habría de efectuar la instrucción religiosa a los nativos » (29-V-1493). Con tal motivo obtuvieron del Papa Alejandro VI el nombramiento de fray Bernardo Boyl como primer Vicario Apostólico de las Indias Occidentales.
A ellas se trasladó pues el fraile con doce misioneros más en el
segundo viaje -la gran expedición “pobladora”- del Almirante Colón.
Llegó a la Española (hoy Santo Domingo) el 22 de noviembre de 1493,
hallando el Fuerte Navidad destruido y, en consecuencia, decidió fundar
La Isabela. Su erección se efectuó el 10 de diciembre de dicho año, y en
ella celebraron misa Boyl y los demás sacerdotes el 6 de enero de 1494: fue la primera misa celebrada en el Nuevo Mundo, presidida
por una imagen de la Madre del Salvador. Esa misa selló el comienzo
propiamente dicho de la evangelización de América. Hace unos días se han cumplido 520 años.
Tras desavenencias con el Almirante, Boyl regresó a España donde fue abad de San Miguel de Cuixà y falleció en 1509.
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