Llegó el turno de la Sra Kathleen Clark.
Nacida en Salt Lake City (Utah) en el seno de una familia mormona,
sus ancestros más lejanos fueron los primeros de la secta. Lo primero
que la Sra Clark hizo fue explicar en qué consiste la secta mormona.
Resumiendo, dijo que el mormonismo es esencialmente una fe
politeísta que no es otra cosa que la renovación de la mentira de
Satanás a Eva "seréis como Dios". El mormonismo afirma que todo hombre
es un dios y el propio Dios Padre de la Biblia no es otro sino Adán, que
luego fue evolucionando hasta ser perfecto. Otra de las teorías
mormonas que no son muy conocidas por los españoles es su enseñanza de
que la raza negra es fruto de una maldición por la cual Dios hizo que la
piel de hombres blancos se convirtiera en negra. No en vano, hasta hace
no mucho tiempo no era posible para personas de raza negra el ser
sacerdotes mormones. La moral mormona no deja de ser contradictoria
porque aunque no permite el consumo de té, café y bebidas alcohólicas,
es muy liberal en la aceptación del divorcio, la contracepción (Aborto
camuflado) y el aborto.
Kathleen pasó toda su infancia sin
conocer personalmente a ninguna persona católica. Es lógico ya que en el
estado Utah hay muy pocos católicos y el entorno social en el que viven
favorece muy poco su integración en esa sociedad donde el mormonismo
prácticamente lo llena todo. El primer paso fuera de la iglesia mormona
no lo dio ella sino su padre, que tras estudiar las escrituras sagradas
de los mormones encontró muchas contradicciones. Debatió con denuedo con
su obispo mormón el cual no logró convencerle y eso le causó graves
problemas. Finalmente ocurrió lo inesperado y Kathleen se hizo novia de
un muchacho católico. Cuando éste le llevó a una misa tridentina ella
quedó impactada por la liturgia a pesar de que no entendía nada. La
relación prosperó y decidieron casarse a pesar de que ella no tenía
todavía la más mínima intención de hacerse católica. Pero pronto
surgieron los problemas. Ella desconocía por completo el calendario
litúrgico católico y las primeras navidades fueron algo cómicas porque
no lograba entender porqué su marido tenía que ir a misa en un día que
no era domingo. A pesar de que su marido intentaba animarla a abrazar el
catolicismo ella rehusaba totalmente esa posibilidad. Sin embargo, un
año fueron invitados a ir a Francia de peregrinación. Ella fue no por
interés religioso sino turístico, pero el Señor le tenía preparada una
sorpresa. Durante la peregrinación por Francia fueron acompañados por un
padre jesuita, que había sido capellán de la Beata Teresa de Calcuta, y
que tuvo a bien guiarles en la realización de los ejercicios
espirituales de San Ignacio de Loyola. Aquella experiencia impactó tanto
a Kathleen que al volver a su país empezó a interesarse de verdad en
conocer la fe católica. Cuando le tocó estudiar la doctrina del pecado
original, se dio cuenta de que el mormonismo era realmente la mentira de
Satanás rediviva. Vio que, a diferencia de lo que decían los
protestantes, ninguna de las doctrinas católicas contradice la Biblia,
la cual, se encargó de recalcar, había sido declarada como Palabra de
Dios por la propia Iglesia, que también definió su canon. Su estudio de
la Eucaristía le llevó al convencimiento de que no podía retrasar por
más tiempo el ingreso en el Rebaño de Cristo y un 8 de diciembre, fiesta
de la Inmaculada Concepción, fue bautizada, y recibió también el
sacramento de la confirmación y la Eucaristía. Y renovó las promesas de
su matrimonio esta vez ya como católica. A día de hoy, tanto ella como
su madre son las únicas católicas en esa familia que una vez fue toda
mormona.
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