Una multitud de personas se volcaron el 18 de abril por la noche a las
calles en la ciudad de Buenos Aires y otros puntos de la Argentina
haciendo sonar sus cacerolas para manifestar su ruidoso repudio al
gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en una
protesta que tomó el nombre de 18A.
En la lista de reclamos se
destaca la reforma de la Justicia impulsada por el gobierno y que está
siendo tratada por el Congreso, así como también hay repudio a la
inseguridad, la corrupción y la inflación.
Los manifestantes
portan carteles en los que por ejemplo puede leerse "No le tengas miedo a
la libertad, que nadie te la robe", "Basta 18A", "Libertad, libertad,
libertad" y "Basta de violar a la Constitución".
Otros cantaron el
himno argentino, corearon "Argentina, Argentina" y levantan pancartas
que rezan "No domesticar la justicia", "Cárcel para los lavadores de
dinero", "Sin justicia no hay futuro", o simplemente optan por ondear
banderas argentinas de diferentes tamaños.
Distintas columnas de
ciudadanos marchaban hacia la céntrica Plaza de Mayo de Buenos Aires,
con algunos dirigentes opositores y sindicales mezclados entre sus
filas. Una multitud se congregaba en el Obelisco.
Algunos manifestantes protestaron
alrededor del Congreso y gritaron "ladrones, ladrones". Otros
manifestantes optaron por quedarse protestando en sus barrios haciendo
estruendo con todo tipo de utensilios, bocinazos e instrumentos.
También se registran manifestaciones en diversos puntos de los suburbios
y frente a la residencia presidencial de la localidad de Olivos, en el
norte del Gran Buenos Aires. Cacerolas, banderas y pancartas salieron
asimismo a las calles en otras ciudades argentinas como Córdoba,
Rosario, Santa Fe, Salta, Tucumán, Mar del Plata y La Plata, ciudad
golpeada recientemente por graves inundaciones.
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