martes, 16 de abril de 2013

¡NO a la esclavitud infantil!


16 de abril de 1995 moría asesinado Iqbal Masih, un niño esclavo pakistaní. Su vida fue un testimonio de lucha por la liberación de otros niños esclavos. Ese testimonio es desde entonces referente para miles de personas de buena voluntad en su lucha contra la esclavitud infantil. El Movimiento Cultural Cristiano lanzó la campaña internacional contra las causas de la esclavitud infantil, proponiendo a toda la opinión pública que el 16 de abril sea considerado Día Mundial contra la esclavitud infantil.
¿Ha muerto de verdad Iqbal Masih? No. Vive en tantos niños y niñas que hoy, en el siglo XXI, están condenados en esa misma experiencia. La esclavitud existe y sigue moviendo 13.000 millones de euros al año.
Dónde la encontramos:
En las últimas décadas las mafias de traficantes y contrabandistas introdujeron a unas 35.000 personas al año en Europa occidental a través de Trieste (Italia). A miles de kilómetros de Europa, otros grupos de inmigrantes huyen de América Central hacía “el norte”, hacia los EE.UU. Entre ellos un colectivo de grandes dimensiones es la infancia.
En la India y Afganistán, niños y niñas trabajan en la industria del ladrillo cargando con pesadas cantidades de éstos mientras los hombres alimentan el fuego. Los dueños de los hornos reclutan a los niños entre las familias humildes, a las que prestan dinero para la asistencia médica o la celebración de un funeral. Los intereses desorbitados de los préstamos perpetúan la deuda, que pasa de padres a hijos.
Brasil, donde los esclavos hacen el carbón usado en la fabricación de acero para automóviles y otras piezas de maquinaria.
En Myanmar (Birmania), cosechan caña de azúcar y otros productos agrícolas.
En China, los niños esclavos preparan explosivos y fuegos de artificio utilizados en la pirotecnia.
En Sierra Leona, se surte de esclavos para extraer los diamantes de las minas.
En la República Democrática del Congo, muchos niños son esclavizados y explotados en la extracción de la casiterita y coltán, elementos usados e indispensables para los PC, mp3, teléfonos móviles y un sin fin de instrumentos que cotidianamente usamos los/as que habitamos en el llamado “primer mundo”.
En Benin y Egipto, los esclavos producen algodón. Se calcula que un millón de niños son forzados a trabajar en el sector algodonero porque son más baratos y obedientes que los adultos y tienen la estatura idónea para inspeccionar las plantas de algodón.
En Costa de Marfil, unos 12.000 niños recogen las semillas del cacao que se exportan para la elaboración del chocolate.

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